El cólera es una enfermedad bacteriana que, generalmente, se propaga a través del agua contaminada y que provoca diarrea intensa y deshidratación. Su tratamiento es fácil, pero si no es tratada prontamente, puede ser mortal en cuestión de horas. La muerte se produce a causa de una deshidratación grave que puede evitarse con una solución de rehidratación simple y económica.
La bacteria causante de la enfermedad, que puede permanecer inactiva en el agua durante largos períodos, tiene dos ciclos de vida distintos: uno en el medio ambiente y otro en los seres humanos.
Causas
La infección por cólera es causada por la bacteria «Vibrio cholerae», pero los efectos mortales de la enfermedad son producidos por la potente «toxina del cólera», que la bacteria produce en el intestino delgado. Esta toxina se une a las paredes del intestino, donde afecta el flujo normal de sodio y cloruro, lo que hace que el organismo segregue enormes cantidades de agua, generándose diarrea y una rápida pérdida de líquidos y sales (electrolitos).
Los depósitos de agua contaminada son la principal fuente de la infección por cólera, sin embargo, los mariscos crudos, las frutas, los granos y los vegetales sin cocinar, entre otros alimentos, también pueden alojar la Vibrio cholerae.
Los pozos públicos contaminados son, en gran medida, fuentes frecuentes de brotes de cólera.
Las personas que viven en condiciones de hacinamiento, sin la higiene adecuada corren mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Comer mariscos crudos o poco cocidos, especialmente crustáceos, provenientes de determinados lugares puede exponer a las personas a las bacterias del cólera. Recientes casos registrados en los Estados Unidos se han atribuido a mariscos provenientes del Golfo de México.
Las frutas y los vegetales crudos sin pelar pueden ocasionar infección por cólera en regiones en las que la patología es endémico. En los países en desarrollo, los fertilizantes a base de estiércol sin compostar o el agua para irrigación, que contiene aguas residuales, pueden contaminar la producción en el campo.
En regiones donde el cólera está extendido, los granos que se contaminan luego de la cocción y que permanecen a temperatura ambiente durante varias horas, se transforman en un medio para la proliferación de bacterias Vibrio cholerae.
Complicaciones
El cólera puede ser mortal de manera rápida. En los casos más graves, la pérdida veloz de grandes cantidades de líquidos y electrolitos puede conducir a la muerte entre dos y tres horas. En situaciones menos extremas, las personas que no reciben tratamiento pueden morir de deshidratación y choque días después de la primera aparición de los síntomas del cólera.
Además del choque y la deshidratación, también pueden surgir otros problemas:
Puede producirse hipoglucemia, es decir, niveles peligrosamente bajos de azúcar en la sangre, la principal fuente de energía del cuerpo. Esto sucede cuando las personas están demasiado enfermas como para comer. Los niños están en mayor riesgo de esta complicación, que puede causar convulsiones, inconsciencia e incluso la muerte.
Las personas con cólera pierden grandes cantidades de minerales en sus heces, como el potasio. Los niveles muy bajos de potasio (hipopotasemia) interfieren en el corazón y la actividad nerviosa, y son potencialmente mortales.
Cuando los riñones pierden su capacidad de filtrado (Insuficiencia renal), se acumulan en el cuerpo cantidades excesivas de líquidos, algunos electrolitos y desechos, lo que constituye un estado potencialmente mortal. En las personas con cólera, la insuficiencia renal a menudo acompaña al choque.
En zonas endémicas, los signos y síntomas de la enfermedad pueden ser inconfundibles. Sin embargo, la única manera de confirmar el diagnóstico es identificar las bacterias en una muestra de heces.
Existen pruebas rápidas con tiras reactivas para detectar cólera que permiten a los proveedores de atención médica de zonas alejadas confirmar el diagnóstico de cólera más temprano, esto posibilita una disminución de las tasas de mortalidad y permite llevar a cabo intervenciones más tempranas en la salud pública para controlar el brote de cólera.
Tratamientos y Cuidados
El tratamiento consiste fundamentalmente en la rehidratación del paciente vía oral (casos leves) o intravenosa (casos graves) de forma intensiva y puede ser complementada con antibióticos y suplemento de Zinc.
Rehidratación. El objetivo es reemplazar los líquidos y los electrolitos perdidos con una solución de rehidratación simple: sales de rehidratación oral. La solución de sales de rehidratación oral es un polvo que se puede reconstituir en agua hervida o embotellada. Sin rehidratación, aproximadamente la mitad de las personas con cólera muere. Con tratamiento, la cantidad de muertes disminuye a menos del 1 por ciento.
Líquidos intravenosos. Durante una epidemia de cólera, se puede ayudar a la mayoría de las personas solo con la rehidratación oral, pero las que presenten deshidratación grave probablemente también necesiten líquidos intravenosos.
Antibióticos. Aunque los antibióticos no son necesariamente parte del tratamiento para el cólera, algunos de estos medicamentos pueden reducir tanto la cantidad como la duración de la diarrea provocada por el cólera en personas que están gravemente enfermas.
Suplementos de Zinc. Diversas investigaciones han demostrado que el Zinc puede disminuir la diarrea y acortar su duración en niños con cólera.
Consejos
Si vas a viajar a zonas endémicas de cólera, tomar las siguientes precauciones disminuye considerablemente el riesgo de contraer la enfermedad:
Lávate frecuentemente las manos con agua y jabón, especialmente luego de utilizar el baño y antes de tocar alimentos.
Después de enjabonarte las manos mojadas, frótalas entre sí durante al menos 15 segundos antes de enjuagarlas. Si no dispones de agua ni jabón, utiliza un desinfectante de manos a base de alcohol.
Consume solo agua potable, como agua embotellada o que tú mismo hayas hervido o desinfectado. Usa agua embotellada para cepillarte los dientes. Generalmente, las bebidas calientes son seguras, al igual que las enlatadas o embotelladas, pero limpia la parte exterior antes de abrirlas. Evita agregar hielo a las bebidas, a menos que uses agua potable.
Come alimentos que estén completamente cocidos y calientes; de ser posible, evita los alimentos de vendedores ambulantes. Si le compras comida a un vendedor ambulante, asegúrate de que la cocinen frente a ti y la sirvan caliente.
Evita el sushi, así como el pescado crudo o mal cocido y cualquier tipo de marisco.
Consume frutas y vegetales que puedas pelar, tales como las bananas, las naranjas y los aguacates. Evita las ensaladas y las frutas que no se pelan, como las uvas y las bayas.
Desconfía de los lácteos, entre ellos, del helado, que muchas veces está contaminado y contiene leche no pasteurizada.
Actualmente existen 3 vacunas orales anticoléricas, repartidas en dos dosis y tiene una protección por un periodo de unos 5 años. La vacuna se recomienda a aquellas personas que vayan a viajar a zonas de riesgo y aquellas que viven en un contexto de brote epidémico.