Es una infección bacteriana grave que puede causar la muerte, sobre todo en sus formas septicémica (infección sistémica causada por la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo) y neumónica.
La forma neumónica, invariablemente mortal si no se trata pronto, es especialmente contagiosa y puede desencadenar epidemias graves con transmisión de persona a persona a través de gotículas respiratorias suspendidas en el aire.
A lo largo de la historia, la peste ha provocado grandes pandemias con una elevada mortalidad. En el siglo XIV se la conoció como peste negra y provocó la muerte de unos 50 millones de personas en Europa. Hoy día, la peste puede tratarse fácilmente con antibióticos y la aplicación de las precauciones habituales para evitar la infección.
La peste es una enfermedad infecciosa causada por Yersinia pestis, una bacteria zoonótica que suele encontrarse en pequeños mamíferos y en las pulgas que los parasitan. La transmisión entre los animales se hace a través de las pulgas. El ser humano puede contaminarse por:
-La picadura de pulgas infectadas.
-Contacto directo con líquidos corporales infectados o materiales contaminados.
-La inhalación de gotículas respiratorias o pequeñas partículas de pacientes con peste neumónica.
Las complicaciones de la peste pueden incluir:
Muerte. La mayoría de las personas que reciben tratamientos con antibióticos sobreviven la peste bubónica. Cuando la peste no se trata, la tasa de mortalidad es elevada.
Gangrena. Los coágulos en los diminutos vasos sanguíneos de los dedos de las manos y de los pies pueden interrumpir el flujo de sangre y provocar la muerte de esos tejidos. Las partes de los dedos de manos y pies que han muerto deben ser amputadas.
Meningitis. En raras ocasiones, la peste puede causar inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal (meningitis).
Si se sospecha la presencia de la peste, el médico buscará las bacterias de yersinia pestis en muestras extraídas de:
Los bubones. Si tienes los ganglios linfáticos (bubones) característicos de la peste bubónica, se les puede extraer una muestra líquida con una aguja.
La sangre. Las bacterias de yersinia pestis generalmente están presentes en el torrente sanguíneo solo si tienes peste septicémica.
Los pulmones. Para detectar la peste pulmonar, el doctor extraerá esputos o líquido de tus vías respiratorias con endoscopía — una sonda fina y flexible insertada por la nariz o la boca y por la garganta.
Las personas con peste necesitan ser tratadas de inmediato. Si el tratamiento no se recibe dentro de las 24 horas siguientes a la aparición de los síntomas iniciales, aumenta el riesgo de muerte.
Para tratar la peste, se utilizan antibióticos como estreptomicina, gentamicina, doxiciclina o ciprofloxacina. Generalmente, también se necesita oxígeno, líquidos intravenosos y asistencia respiratoria.
Los científicos están trabajando para crear una vacuna eficaz, ya que actualmente no hay ninguna. Los antibióticos pueden ayudar a prevenir la infección si estás a riesgo, o has estado expuesto, a la peste. Toma las siguientes precauciones si vives o pasas tiempo en regiones donde hay brotes de peste:
Mantén tu casa a prueba de roedores. Elimina las áreas donde pueda haber nidos, como pilas de ramas, piedras, leña y desechos. No dejes comida para mascotas en áreas a las que los roedores puedan tener acceso.
Mantén las mascotas sin pulgas. Pregúntale al veterinario cuáles son los productos que funcionan mejor para el control de las pulgas.
Usa guantes. Cuando toques animales que puedan estar infectados, usa guantes para prevenir el contacto entre tu piel y las bacterias peligrosas.
Usa repelente para insectos. Supervisa con cuidado a tus hijos y tus mascotas cuando estén afuera de la casa en áreas donde hay muchos roedores. Usa repelente para insectos.
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