Los fibromas uterinos son tumores no cancerosos del útero que frecuentemente aparecen durante la edad fértil. Los fibromas uterinos, llamados también leiomiomas o miomas, no se relacionan con un riesgo mayor de cáncer de útero y casi nunca se transforman en cáncer.
Varían en tamaño desde muy pequeños, imposibles de detectar con la vista, a masas voluminosas que pueden distorsionar y agrandar el útero. Puedes tener uno o varios fibromas. En casos extremos, los fibromas múltiples pueden expandir el útero de tal manera que llega a la caja torácica.
Muchas mujeres tienen fibromas uterinos alguna vez durante su vida. Pero la mayoría de las mujeres no saben que tienen fibromas uterinos porque muchas veces no producen síntomas. Tu médico puede descubrir los fibromas de manera fortuita durante un examen de la pelvis o una ecografía antes del nacimiento del bebé.
Los médicos no saben la causa de los fibromas uterinos, pero la investigación y la experiencia clínica apuntan a estos factores:
Cambios genéticos. Muchos fibromas contienen cambios en los genes que difieren de aquellos que se encuentran en las células normales del músculo uterino.
Hormonas. El estrógeno y la progesterona, dos hormonas que estimulan el desarrollo de la pared del útero durante cada ciclo menstrual como preparación para el embarazo, parecen promover el crecimiento de fibromas. Los fibromas contienen más receptores de estrógeno y progesterona que las células normales del músculo uterino. Los fibromas tienden a achicarse luego de la menopausia debido a una disminución en la producción de hormonas.
Otros factores de crecimiento. Las sustancias que ayudan al cuerpo a mantener los tejidos, como el factor seudoinsulínico de crecimiento, pueden afectar el crecimiento del fibroma.
Los médicos creen que los fibromas uterinos se desarrollan a partir de una célula progenitora en el tejido muscular liso del útero (miometrio). Una sola célula se divide reiteradamente, y finalmente crea una masa gomosa y firme, diferente al tejido cercano.
Los patrones de crecimiento de los fibromas uterinos varían: pueden crecer rápida o lentamente, o pueden mantener su tamaño. Algunos fibromas pueden aumentar su tamaño de manera repentina, y algunos pueden achicarse por sí solos. En algunos casos, los fibromas que estaban presentes durante el embarazo se encogen o desaparecen luego del embarazo, cuando el útero vuelve a su tamaño normal.
Factores de riesgo
Se conocen pocos factores de riesgo de fibromas uterinos además del de ser una mujer en edad reproductiva. Algunos de los otros factores que pueden afectar el desarrollo de fibromas son los siguientes:
Herencia. Si tu madre o una hermana han tenido fibromas, tienes un mayor riesgo.
Raza. Las mujeres afroamericanas tienen más probabilidades de tener fibromas que las mujeres de otros grupos raciales. Además, las mujeres afroamericanas que desarrollan fibromas a edad temprana, también tienen más posibilidades de tener más fibromas o fibromas de mayor tamaño.
Factores del entorno. Comienzo de la menstruación a edad temprana, uso de anticonceptivos, obesidad, deficiencia de vitamina D, tener una dieta rica en carnes rojas y baja en vegetales verdes, frutas y lácteos, tomar alcohol, incluida la cerveza; todos parecen aumentar tu riesgo de desarrollar fibromas.
Si bien los fibromas uterinos normalmente no son peligrosos, pueden ocasionar molestia y llegar a causar complicaciones, tales como anemia a consecuencia de la abundante pérdida de sangre.
El embarazo y los fibromas
Habitualmente los fibromas no afectan la capacidad de quedar embarazada. Sin embargo, los fibromas, especialmente los fibromas submucosos, pueden provocar infertilidad o pérdida del embarazo.
También pueden aumentar el riesgo de presentar ciertas complicaciones en el embarazo, como desprendimiento prematuro de la placenta, retraso del crecimiento intrauterino y parto prematuro.
Los fibromas uterinos con frecuencia se detectan de manera fortuita durante un examen pélvico de rutina. El médico puede detectar irregularidades en la forma del útero, lo que puede sugerir la presencia de fibromas. Si tienes síntomas de fibromas uterinos, el médico podrá indicarte los siguientes exámenes:
Ecografía. Si se necesita confirmación, el médico puede solicitar una ecografía. Este examen utiliza ondas de sonido para obtener una imagen del útero y confirmar el diagnóstico. También permite localizar los fibromas y medirlos. Un médico o técnico desplaza el dispositivo de ultrasonido (transductor) sobre tu abdomen (transabdominal) o lo ubica dentro de la vagina (transvaginal) para obtener imágenes del útero.
Análisis de laboratorio. Si tienes un sangrado menstrual irregular, el médico puede indicarte otros exámenes para investigar las posibles causas. Estos pueden incluir un hemograma completo para determinar si tienes anemia debido al sangrado crónico y otros análisis de sangre para descartar trastornos hemorrágicos o problemas de tiroides.
Si la ecografía tradicional no proporciona información suficiente, es posible que el médico solicite otros estudios por imágenes, como los siguientes:
Resonancia magnética (RM). Por medio de esta prueba por imágenes, se puede ver el tamaño y la ubicación de los fibromas, identificar los diferentes tipos de tumores y ayudar a determinar las opciones de tratamiento adecuadas.
Sonohisterografía. La sonohisterografía, también conocida como ecografía de infusión salina, utiliza salina estéril para expandir la cavidad uterina, lo que facilita la obtención de imágenes de los fibromas submucosos y el endometrio.
Histerosalpingografía. Utiliza un tinte para resaltar la cavidad uterina y las trompas de Falopio en las imágenes radiográficas. Es posible que el médico te recomiende hacerte este estudio si existe una inquietud sobre la infertilidad. A través de este estudio, además de averiguar si hay fibromas, el médico puede determinar si las trompas de Falopio están abiertas.
Histeroscopia. Para realizarte este estudio, el médico inserta un pequeño telescopio iluminado, llamado histeroscopio, en el útero a través del cuello uterino. Luego, el médico inyecta salina dentro del útero, lo que expande la cavidad uterina y permite que el médico examine las paredes del útero y las aberturas de las trompas de Falopio.
No hay un único enfoque recomendable en el tratamiento de los fibromas, sino que existen muchas opciones terapéuticas. Si tienes síntomas, habla con tu médico acerca de las opciones para el alivio de los síntomas.
Conducta expectante
Varias mujeres con fibromas uterinos no tienen signos ni síntomas, o solo tienen signos y síntomas levemente molestos con los que pueden vivir. Si ese es tu caso, una conducta expectante podría ser la mejor opción.
Los fibromas no son cancerosos. En pocas ocasiones, afectan el embarazo. Generalmente crecen despacio, o no crecen, y tienden a reducirse después de la menopausia cuando bajan los niveles de las hormonas reproductivas.
Medicamentos
Los medicamentos para los fibromas uterinos están dirigidos a las hormonas que regulan el ciclo menstrual y sirven para tratar síntomas tales como el sangrado menstrual abundante y la presión pélvica. No eliminan los fibromas, pero pueden reducir su tamaño. Algunos medicamentos son los siguientes:
Agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina. Los medicamentos llamados agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (Lupron, Synarel y otros) tratan los fibromas al bloquear la producción de estrógenos y progesterona, y provocar un estado posmenopáusico temporario. Como resultado, se interrumpe la menstruación, los fibromas se encogen y la anemia a menudo mejora. Es posible que tu médico te recete un agonista de la hormona liberadora de gonadotropina para encoger los fibromas antes de una cirugía electiva.
Muchas mujeres sufren calores intensos durante el tratamiento con los antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina. Los antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina normalmente se toman durante no más de tres a seis meses porque lo síntomas regresan cuando se suspende la medicación y el uso prolongado puede ocasionar pérdida ósea.
Dispositivo intrauterino (DIU) liberador de progestágenos. El DIU liberador de progestágenos puede reducir el sangrado abundante provocado por los fibromas. El DIU liberador de progestágenos solamente alivia el síntoma y no reduce el tamaño de los fibromas ni los hace desaparecer. También previene el embarazo.
Ácido tranexámico (Lysteda). Este medicamento no hormonal se toma para reducir el sangrado menstrual abundante. Sólo se toma en los días de sangrado profuso.
Otros medicamentos. Tu médico podría recomendarte otros medicamentos. Por ejemplo, los anticonceptivos orales o los progestágenos pueden ayudar a controlar el sangrado menstrual pero no reducen el tamaño de los fibromas.
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), que no son medicamentos hormonales, pueden ser eficaces para aliviar el dolor relacionado con los fibromas, pero no reducen el sangrado provocado por los fibromas. El médico también puede sugerirte que tomes vitaminas y hierro si tienes sangrado menstrual abundante y anemia.
La cirugía con ultrasonido focalizado guiado por RM es lo siguiente:
Procedimientos mínimamente invasivos
Una opción de tratamiento no invasivo para fibromas uterinos que preserva el útero, no requiere incisiones y se realiza de manera ambulatoria.
Se realiza mientras estás dentro del equipo de resonancia magnética con un transductor ecográfico de alta energía para el tratamiento. Las imágenes le brindan al médico la ubicación exacta de los fibromas uterinos. Cuando se encuentra la ubicación del fibroma, el transductor ecográfico localiza ondas sonoras (sonicaciones) en el fibroma para calentar y destruir pequeñas áreas del tejido del fibroma.
Tecnología más reciente, de modo que los investigadores aprenden más acerca de la seguridad y eficacia a largo plazo. Sin embargo, los datos recopilados hasta el momento indican que la cirugía con ultrasonido focalizado para fibromas uterinos es segura y eficaz.
Procedimientos mínimamente invasivos
Determinados procedimientos pueden destruir los fibromas uterinos sin tener que extraerlos mediante cirugía. Algunos de ellos son:
Embolización de las arterias uterinas. Se inyectan pequeñas partículas (agentes embólicos) en las arterias que suministran sangre al útero y se suspende el flujo sanguíneo a los fibromas, lo cual hace que se reduzcan y mueran. Esta técnica puede ser eficaz para reducir los fibromas y aliviar los síntomas que provocan. Pueden ocurrir complicaciones si se compromete la irrigación sanguínea a los ovarios o a otros órganos.
Miólisis. En este procedimiento laparoscópico, la energía de radiofrecuencia, una corriente eléctrica o un láser destruye los fibromas y reduce los vasos sanguíneos que los alimentan. Un procedimiento similar denominado criomiólisis congela los fibromas.
Miomectomía laparoscópica o robótica. En una miomectomía, el cirujano extrae los fibromas y deja el útero en su lugar. Si los fibromas son pocos, con el médico pueden optar por un procedimiento laparoscópico o robótico que utiliza instrumentos más delgados que se insertan a través de pequeñas incisiones en el abdomen para extraer los fibromas del útero. Los fibromas pueden extirparse a través de esas mismas incisiones dividiéndolos en pedazos más pequeños, un proceso denominado «fragmentación», o bien se puede extender una incisión para extirparlos enteros.
El médico observa la zona abdominal en un monitor mediante el uso de una pequeña cámara conectada a uno de los instrumentos. La miomectomía robótica le brinda al cirujano una vista tridimensional aumentada del útero, y le ofrece más precisión, flexibilidad y destreza que al usar otras técnicas.
Miomectomía histeroscópica. Este procedimiento puede ser una opción si los fibromas se encuentran dentro del útero (submucosos). El cirujano accede y extrae los fibromas mediante instrumentos insertados a través de la vagina y el cuello uterino y llega hasta el útero.
Ablación endometrial. Este tratamiento, realizado con un instrumento especializado que se inserta en el útero, utiliza calor, energía de microondas, agua caliente o corriente eléctrica para destruir el revestimiento del útero, ya sea para finalizar la menstruación o reducir el flujo menstrual.
Generalmente, la ablación endometrial es eficaz para detener un sangrado anormal. Los fibromas submucosos se pueden extirpar al momento de la histeroscopia para la ablación endometrial, pero esto no afecta a los fibromas fuera del revestimiento interior del útero.
Procedimientos quirúrgicos tradicionales
Las opciones de procedimientos quirúrgicos tradicionales incluyen las siguientes:
Miomectomía abdominal. Si tienes múltiples fibromas, fibromas muy grandes o fibromas muy profundos, el médico puede utilizar un procedimiento quirúrgico abdominal abierto para extraerlos. Muchas mujeres a quienes se les dice que la histerectomía es su única opción pueden someterse, en cambio, a una miomectomía abdominal. Sin embargo, la formación de cicatrices después de la cirugía puede afectar la fertilidad en el futuro.
Histerectomía. Esta cirugía (la extracción del útero) continúa siendo la única solución permanente de eficacia comprobada para tratar los fibromas uterinos. Sin embargo, la histerectomía es una cirugía mayor.
Después de una histerectomía, ya no podrás tener hijos. Si además decides que te extraigan los ovarios, la cirugía desencadenará la menopausia y surgirá la pregunta acerca de si harás la terapia de reemplazo hormonal. La mayoría de las mujeres con fibromas uterinos pueden optar por conservar los ovarios.
Según investigaciones recientes, también puedes correr un mayor riesgo a largo plazo de padecer enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos (cardiovasculares), y de presentar determinadas afecciones metabólicas después de una histerectomía, en especial, si te hacen esta cirugía antes de los 35 años. Habla con el médico sobre las opciones de tratamiento disponibles para tu afección a fin de saber si hay alternativas que podrías considerar.
Morcelación durante la extirpación de fibromas
La fragmentación, que es un proceso en el cual se rompen los fibromas en pedazos más pequeños, puede aumentar el riesgo de propagación del cáncer si se realiza en una masa cancerosa previamente no diagnosticada durante la miomectomía. Existen varios modos de reducir ese riesgo, como evaluar los factores de riesgo antes de la cirugía, realizar la fragmentación del fibroma en una bolsa o expandir una incisión para evitar la fragmentación.
Si bien todas las miomectomías acarrean el riesgo de hacer una incisión en un cáncer no diagnosticado, las mujeres premenopáusicas suelen tener menos riesgo de padecer un cáncer no diagnosticado que las mujeres mayores. Además, las complicaciones durante la cirugía abierta son más frecuentes que la posibilidad de propagación de un cáncer no diagnosticado en un fibroma durante un procedimiento mínimamente invasivo. Si el médico planea usar la fragmentación, analiza los riesgos individuales antes del tratamiento.
A pesar de que los investigadores siguen estudiando las causas de los tumores fibroides, existe poca evidencia científica en la que se sugiera cómo prevenirlos. Tal vez prevenir los fibromas uterinos no sea posible, sin embargo, solo un pequeño porcentaje de estos tumores requiere tratamiento.
De todos modos, puedes disminuir el riesgo de presentar fibromas optando por un estilo de vida saludable, por ejemplo, manteniendo un peso normal y comiendo frutas y vegetales.
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