Se conoce como «parkinsonismo» a cualquier afección que provoca una combinación de las anomalías del movimiento observables en la enfermedad de Parkinson, como temblores, movimientos lentos, deterioro del habla o rigidez muscular. Estas anomalías son causadas especialmente por la pérdida de células nerviosas (neuronas) que contienen dopamina.
El parkinsonismo secundario es cuando síntomas similares al mal de parkinson son causados por ciertos medicamentos, un trastorno diferente del sistema nervioso, u otra enfermedad.
El parkinsonismo se refiere a cualquier condición que implique los tipos de problemas de movimiento observados en el mal de Parkinson. Estos problemas incluyen temblores, movimiento lento, y rigidez de los brazos y piernas.
Causas
El parkinsonismo secundario puede ser causado por problemas de salud como:
Lesión cerebral
Enfermedad por cuerpos de Lewy difusos (un tipo de demencia)
Encefalitis
VIH/SIDA
Meningitis
Atrofia multisistémica
Parálisis supranuclear progresiva
Accidente cerebrovascular
Enfermedad de Wilson
Otras causas de parkinsonismo secundario incluyen:
Daño cerebral causado por fármacos anestésicos (como durante una cirugía)
Intoxicación con monóxido de carbono
Ciertos medicamentos utilizados para tratar trastornos mentales o náuseas
Intoxicación con mercurio y otros químicos
Sobredosis de narcóticos
MPTP (un contaminante en algunas drogas psicoactivas)
Ha habido casos raros de parkinsonismo secundario entre consumidores de drogas intravenosas que se inyectaron una sustancia llamada MPTP, la cual se puede producir cuando se fabrica una forma de heroína.
Complicaciones
Esta condición puede llevar a los siguientes problemas:
Dificultad para realizar actividades cotidianas
Dificultad para tragar (comer)
Discapacidad (en distintos grados)
Lesiones por caídas
Efectos secundarios de medicamentos usados para tratar la afección
Efectos secundarios por la pérdida de la fuerza (debilitamiento):
Inhalar alimento, líquido o moco hacia los pulmones (aspiración)
Coágulo de sangre en una vena profunda (trombosis venosa profunda)
El proveedor de cuidados de la salud llevará a cabo un examen físico y hará preguntas acerca de la historia médica y los síntomas. Tenga en cuenta que los síntomas pueden ser difíciles de evaluar, particularmente en adultos mayores.
El examen puede mostrar:
Dificultad para iniciar o suspender los movimientos voluntarios
Músculos tensos
Problemas con la postura
Marcha lenta y arrastrando los pies
Temblores
Los reflejos generalmente son normales.
Se pueden solicitar exámenes para confirmar o descartar otros problemas que pueden ocasionar síntomas similares.
Tratamientos y Cuidados
Si la afección es causada por un medicamento, el proveedor puede recomendar cambiarlo o suspenderlo.
El tratamiento de afecciones subyacentes, como accidente cerebrovascular o infecciones, puede reducir los síntomas o prevenir que la condición empeore.
Si los síntomas dificultan la realización de actividades cotidianas, el proveedor puede recomendar medicamentos. Los medicamentos utilizados para tratar esta afección pueden causar efectos secundarios severos. Es importante que visite a su proveedor para que le realice chequeos. El parkinsonismo secundario tiende a ser menos sensible a la terapia médica que el mal de Parkinson.
Consejos
Tratar las afecciones que pueden causar el parkinsonismo secundario puede disminuir el riesgo.
Las personas que toman medicamentos que pueden causar parkinsonismo secundario deben ser vigiladas cuidadosamente por el proveedor para prevenir que la afección se desarrolle.