La otitis media no supurativa es una infección del oído donde no se presenta ningún tipo de supuración. El niño puede experimentar pérdida de la audición y la sensación de tener el oído colmado, también puede afectar a los adultos, aunque es una afección que se da principalmente en los niños.
Generalmente, las infecciones del oído medio se producen como resultado de un funcionamiento deficiente de la trompa de Eustaquio, conducto que une el oído medio con la zona de la garganta y que ayuda a equilibrar la presión entre el oído externo y el oído medio. Si este conducto no funciona de manera apropiada, no se produce el drenaje normal de líquido del oído medio, que tiene como consecuencia la acumulación de este líquido detrás del tímpano. Esto favorece el desarrollo de bacterias y virus en el oído, los cuales pueden causar una otitis media aguda. Entre algunas de las razones por las que la trompa de Eustaquio puede no funcionar correctamente se incluyen las siguientes:
Resfriado o alergia, que puede conducir a la hinchazón y congestión del recubrimiento de la nariz, la garganta y la trompa de Eustaquio (esta hinchazón impide el flujo normal de líquidos)
Malformación de la trompa de Eustaquio.
Pérdida permanente de la audición.
Dolor (por presión sobre el tímpano).
Alteración en la audición (porque el tímpano no puede vibrar).
Sensación de plenitud en el oído.
Fiebre, dolor de cabeza, malestar general.
Náuseas/vómitos, diarrea.
Meningitis.
Absceso cerebral.
Tromboflebitis del seno lateral.
Extracraneales:
Mastoiditis.
Laberintitis.
Parálisis facial.
Para determinar que se trata de una otitis, el especialista examinará el interior del oído del paciente empleando para ello un otoscopio. Esta exploración deberá mostrar zonas enrojecidas, burbujas de aire detrás del tímpano, además, es probable que pueda observar una perforación en el mismo.
La exploración otoscópica es la más importante para el diagnóstico de la otitis media.
Asimismo, la realización de una otoscopia neumática puede ser esencial para precisar y determinar la movilidad de la membrana timpánica. Cuando existe una otitis media crónica con efusión pueden verse los niveles de aire y burbujas en el oído medio.
Otra exploración habitual que se realiza es la timpanometría que ayuda, en ocasiones, a confirmar los hallazgos de la otoscopia u otoscopia neumática.
Es posible que el especialista solicite que el paciente se someta a una audiometría en el caso de que éste tenga antecedentes de infecciones de oído.
Corticoides (inhalatorios o vía oral)
Amoxicilina 80mg/kg/día x 10 días.
Amoxicilina con Ac. Clavulánico
Cefalosporina (Cefixime; Ceftriaxona)
Trimetoprima - Sulfametoxazol
Con el tratamiento correcto y bien seguido, la clínica de la otitis media aguda mejora en 72 horas. Sin embargo, el tratamiento nunca debe suspenderse en cuanto se nota alivio; debe tomarse el tiempo indicado por su médico.
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