La Artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, es decir el sistema inmunitario se comporta de forma extraña y ataca tejidos y células del propio organismo. Una de las consecuencias de esta situación es la producción de anticuerpos que se unen a unas proteínas defensivas de la sangre llamadas inmunoglobulinas M o IgM.
Estos anticuerpos son conocidos como Factor Reumatoide. Cuando una persona tiene este anticuerpo, se dice que tiene Factor Reumatoide positivo o que es seropositiva. En muchos casos el uso de esta última palabra puede confundirse con otras enfermedades infecciosas en las que se puede detectar virus en la sangre, para lo que se utiliza la misma expresión, o la presencia de SIDA. Sin embargo, el término seropositivo en relación con la Artritis Reumatoide, no tiene nada que ver con el SIDA o cualquier otra enfermedad infecciosa.
La causa de esta enfermedad no se conocen con exactitud. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria. Esto significa que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano. La ARS se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en la mediana edad. Las mujeres tienen ARS con mayor frecuencia que los hombres.
La infección, los genes y los cambios hormonales pueden estar vinculados a la enfermedad. El tabaquismo también puede estar asociado con la ARS.
Si no se trata adecuadamente, la ARS puede afectar a casi cualquier parte del cuerpo. Las complicaciones pueden incluir:
Sin embargo, estas complicaciones pueden evitarse con el tratamiento adecuado. Los tratamientos para la ARS también pueden causar efectos secundarios graves. Consulte a su proveedor respecto a los posibles efectos secundarios del tratamiento y qué hacer si se presentan.
La artritis reumatoide seropositiva suele ser difícil de diagnosticar. Sin embargo, Dos pruebas de laboratorio que a menudo resultan positivas en la mayoría de las personas y que ayudan en el diagnóstico son:
Estas pruebas resultan positivas en la mayoría de los pacientes con ARS. La prueba de anticuerpos anti-PCC es más específica para la ARS.
Otros exámenes que se pueden hacer incluyen:
En la mayoría de los casos, la ARs requiere tratamiento por largo tiempo a cargo de un experto en artritis llamado reumatólogo. El tratamiento incluye:
El tratamiento oportuno para la AR con medicamentos denominados fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARMA) debe ser usado en todos los pacientes. Estos hacen más lenta la destrucción de las articulaciones y previenen las deformidades. Se debe evaluar la actividad de la AR con frecuencia para asegurarse que la enfermedad está controlada. El objetvo del tratamiento es detener el progreso de la ARS.
Medicamentos
Estos medicamentos funcionan muy bien para reducir la hinchazón e inflamación articular, pero pueden tener efectos secundarios a largo plazo. Por esa razón, solo deben tomarse por un corto tiempo y de ser posible en dosis bajas.
Ya que estos medicamentos no previenen el daño articular por sí solos, deben usarse junto con medicamentos FARMA.
El metotrexato es el FARMA más comúnmente utilizado para la AR. La leflunomida y la hidroxicloroquina también se pueden utilizar.
La sulfasalazina es un fármaco que a menudo se combina con metotrexato e hidroxicloroquina (terapia triple).
Pueden pasar semanas o meses antes de ver algún beneficio de estos medicamentos.
Estos fármacos pueden tener efectos secundarios serios, así que se necesitará exámenes de sangre regulares cuando los esté tomando.
Estos fármacos se pueden administrar cuando otros medicamentos para la ARS, como el metotrexato, no han funcionado. Por lo general, los fármacos biológicos se agregan al metotrexato. Sin embargo, al ser medicamentos costosos, generalmente requerirán aprobación del seguro médico.
La mayoría de estos medicamentos se administran ya sea bajo la piel (subcutáneos) o en una vena (intravenosos). Existen varios tipos de agentes biológicos.
Los agentes biológicos pueden ser muy útiles en el tratamiento de la ARS. Sin embargo, las personas que toman estos fármacos deben ser vigiladas muy de cerca debido a reacciones adversas poco comunes, pero serias:
Cirugía
Se puede necesitar cirugía para corregir las articulaciones que sufrieron daño grave. La cirugía puede incluir:
Los ejercicios de rango o amplitud de movimiento y los programas indicados por un fisioterapeuta pueden retardar la pérdida de la función articular y ayudar a mantener los músculos fuertes.
Algunas veces, los terapeutas usarán máquinas especiales para aplicar calor profundo o estimulación eléctrica para reducir el dolor y mejorar la movilidad articular.
Otras terapias que pueden ayudar a aliviar el dolor articular incluyen:
Nutrición
Algunas personas con AR pueden tener intolerancia o alergias a determinados alimentos. Se recomienda una dieta nutritiva y equilibrada. Puede ayudar el hecho de consumir alimentos ricos en aceites de pescado (ácidos grasos omega-3). Es necesario suspender el tabaquismo. El consumo excesivo de alcohol también debe evitarse.
Fumar empeora la condición. El tratamiento apropiado y oportuno puede ayudar a prevenir un daño mayor a las articulaciones.
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