La parotiditis infecciosa o paperas, es una infección viral que afecta principalmente las glándulas parótidas, uno de los tres pares de glándulas productoras de saliva (glándulas salivales), ubicadas debajo y delante de las orejas.
Causas
Las paperas son causadas por un virus de la familia de los paramixovirus, que se transmite de persona a persona a través de las gotitas de la respiración o por incluso por el contacto con artículos con restos saliva, vasos, cubiertos, etc.
La parotiditis se da con frecuencia en epidemias afectando a niños entre los 2 y 12 años que no han sido vacunados previamente contra la enfermedad. Pero se puede producir en adultos que claro no han tenido previamente la enfermedad.
Entre el contacto con el virus y la aparición de la enfermedad pueden pasar más de 10 días incluso hasta 20.
Complicaciones
La mayoría de las complicaciones de las paperas implica la
inflamación e hinchazón en algunas partes del cuerpo, tales como las
siguientes:
Testículos. Este
trastorno, conocido como «orquitis», provoca que se hinchen un testículo o
ambos en los hombres que han llegado a la pubertad. La orquitis es dolorosa,
pero rara vez provoca esterilidad.
Páncreas. Los
signos y síntomas de esta enfermedad, conocida como «pancreatitis», comprenden
dolor en la parte superior del abdomen, náuseas y vómitos.
Ovarios y mamas. Las
mujeres que han llegado a la pubertad podrían tener inflamación en los ovarios
(ovaritis) o en las mamas (mastitis). Rara vez esto afecta la fertilidad.
Cerebro. Una
infección viral, como las paperas, puede provocar la inflamación del cerebro
(encefalitis). La encefalitis puede provocar problemas neurológicos y poner en
riesgo la vida.
Membranas y líquido alrededor del
cerebro y la médula espinal. Esta enfermedad, conocida como «meningitis»,
puede presentarse si el virus de las paperas se propaga a través del torrente
sanguíneo para infectar el sistema nervioso central.
El especialista establecerá un diagnóstico a través de los
síntomas y signos visibles que tenga el paciente, es decir, si las glándulas
salivales se encuentren inflamadas.
Este
diagnóstico es muy probable si esto sucede durante una epidemia de esta
enfermedad. En otros momentos es posible que se necesite realizar un análisis
de sangre para descartar otras causas posibles.
Los
análisis de laboratorio pueden identificar el virus de la parotiditis y sus
anticuerpos, pero rara vez son necesarios para llegar al diagnóstico.
Tratamientos y Cuidados
En la mayoría de los casos esta enfermedad desaparece por sí misma y su tratamiento sólo consiste en mejorar los síntomas que se vayan presentando mediante antitérmicos y antinflamatorios. El reposo en cama se aconsejará según el estado en el que se encuentre el paciente.
Suele recomendarse la toma de líquidos y hacer gárgaras con agua tibia con sal, además de aplicar compresas frías o calientes en la zona del cuello.
La dieta es otro factor muy importante a tener en cuenta, pero dependerá de las condiciones de la persona infectada para poder alimentarse, lo que suele reducirse a alimentos blandos. Si la ingesta es posible, no será necesario limitar la alimentación.
Consejos
El mejor tratamiento es la prevención mediante las vacunas, cuya primera dosis se administra a los quince meses y el refuerzo a los seis años.
En general, esta vacuna no suele producir fiebre ni otras complicaciones y su función es la de inducir defensas contra el virus en alrededor del 96 por ciento de las personas que no han tenido contacto previo con el mismo.