La osteomalacia es un reblandecimiento marcado de los
huesos debido a una insuficiencia grave de vitamina D. esta afección puede
causar en los niños y en los adultos jóvenes arqueamientos de los huesos
durante el crecimiento, en especial, en los huesos de las piernas. En el caso
de los adultos mayores, esta afección puede provocar fracturas.
La osteomalacia se origina debido a un defecto en el
proceso de maduración de los huesos. Entre las causas relacionadas con esta
afección se encuentran:
Deficiencia de vitamina D.
Alimentación inadecuada con carencia de vitamina D.
Cirugías que involucren el estómago o el intestino.
Celiaquía (intolerancia al gluten).
Presencia de trastornos renales o hepáticos.
Uso de medicamentos para tratar convulsiones como la
fenitoína (Dilantin, Phenytek) y el fenobarbital.
Si se tiene osteomalacia se presenta un mayor riesgo de
sufrir fracturas de huesos, en especial, los de las costillas, la columna
vertebral y las piernas.
Las pruebas para diagnosticar la osteomalacia comprenden:
Análisis de orina y de sangre: Pueden identificar niveles
bajos de vitamina D, así como problemas con el calcio y el fósforo.
Radiografías: Mediante el uso de rayos X se busca obtener
imágenes con el fin de buscar la presencia de grietas leves en los huesos, lo
cual puede ser un indicio de osteomalacia.
Biopsia ósea: Este procedimiento comprende la introducción
de una aguja delgada a través de la piel dentro del hueso pélvico de la cadera,
luego de haber aplicado anestesia general, con el fin de para extraer una
pequeña muestra de hueso para su posterior análisis.
El tratamiento de la osteomalacia se centra en la
administración de vitamina D a través de los suplementos orales de vitamina D.
También puede ser recomendado el aumento del consumo de calcio o fósforo, a
través de suplementos orales o cambios en la alimentación.
En aquellos casos donde la insuficiencia de vitamina D sea
a causa de alguna enfermedad, el tratarla puede ayudar a mejorar los síntomas
de la osteomalacia que pueden presentarse.
El comer alimentos con alto contenido de vitamina D como
pescado graso (salmón, caballa, sardinas) y yemas de huevo. O alimentos fortificados
con vitamina D, como cereales, pan, leche y yogur, y el tomar suplementos de
vitamina D puede ayudar a la prevención de la insuficiencia de vitamina D que
origina esta afección.
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