Las dermatofitosis son infecciones fúngicas de la piel y de las uñas causadas por diversos hongos diferentes, y se clasifican según su localización en el cuerpo. Las infecciones por dermatofitos también se denominan tiña.
A pesar del nombre, la infección por tiña no viene causada por los gusanos. Las manchas en forma de anillo que aparecen en la piel se producen a causa de la infección.
Los dermatofitos son hongos que para su nutrición necesitan la proteína queratina. La queratina es el material estructural que forma la capa externa de la piel humana, el cabello y las uñas. Para sobrevivir, los dermatofitos deben vivir en la piel, el cabello o las uñas (la infección en las uñas se denomina tiña ungueal u onicomicosis).
La infección puede aparecer casi en cualquier parte de la piel, incluyendo las zonas siguientes:
Una infección dermatofítica en un área del cuerpo puede producir una erupción cutánea en otra parte del cuerpo que no está infectada (véase Reacción dermatofítica).
Las infecciones dermatofíticas en seres humanos están causadas por Epidermophyton,Microsporum, y Trichophyton. Estos microorganismos pueden habitar en una persona de forma permanente y no causar jamás una infección. Cuando producen una infección (que resulta en una tiña), a menudo es por un mal aporte de sangre en el área afectada o por una inhibición del sistema inmunitario (por ejemplo, por diabetes, cáncer o infección por VIH). A diferencia de la candidiasis, estas infecciones por hongos no infectan los órganos internos ni la sangre.
Las infecciones fúngicas en pocas ocasiones se propagan debajo de la superficie de la piel y provocan enfermedades graves. Sin embargo, es posible que en el caso de las personas que tengan sistemas inmunitarios débiles, como quienes presenten VIH/SIDA, sea difícil eliminar la infección.
Entre las pruebas que pueden ser utilizadas para el diagnóstico de esta trastorno se incluyen:
Para confirmar el diagnóstico de tiña, se realiza un raspado cutáneo para su observación al microscopio. Solo se realiza un cultivo (el proceso de crecimiento de un organismo en el laboratorio para su identificación) del raspado cutáneo si la infección se localiza en las uñas o el cuero cabelludo.
Fármacos antifúngicos aplicados en la piel o tomados por vía oral
El tratamiento de la tiña varía en función de su localización, pero siempre incluye la aplicación de antimicóticos en la zona afectada (tópicos) o por vía oral.
Se pueden administrar corticosteroides para aliviar el picor y la inflamación.
Si los tratamientos de venta libre no dan resultado, es posible que necesites medicamentos antifúngicos de alta concentración, como cremas o lociones que puedas aplicarte sobre la piel afectada. Si la infección es especialmente grave o extensa, posiblemente el médico te recete pastillas antifúngicas.
En un caso de tiña leve, puedes colocarte lociones o cremas antifúngicas de venta libre. Algunos ejemplos son el clotrimazol (Lotrimin AF) y la terbinafina (Lamisil AT).
La tiña es difícil de prevenir. El hongo que causa la tiña es frecuente y contagioso incluso antes de que los síntomas aparezcan. Puedes disminuir el riesgo de padecer tiña si tomas las siguientes medidas:
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