La histoplasmosis es una infección causada por la inhalación de las esporas de un hongo que se encuentra a menudo en los excrementos de los pájaros y de los murciélagos. La histoplasmosis se transmite con más frecuencia cuando estas esporas son transportadas por el aire, a menudo durante una limpieza o proyectos de demolición.
La mayoría de las personas con histoplasmosis no tienen síntomas y no saben que están infectadas. Pero para algunos, sobre todo los lactantes y las personas con el sistema inmunitario deprimido, la histoplasmosis puede ser grave. Existen tratamientos eficaces incluso para las formas más graves de histoplasmosis.
Causas
La histoplasmosis se produce a causa de las células de reproducción (esporas) del hongo Histoplasma capsulatum. Las esporas son muy livianas y flotan en el aire cuando la suciedad u otro material contaminado se mueven de lugar.
El hongo de la histoplasmosis crece en el suelo húmedo que está lleno de material orgánico, sobre todo de excrementos de aves y de murciélagos. La histoplasmosis no es contagiosa, es decir, no se puede transmitir de una persona a otra.
Complicaciones
La histoplasmosis puede provocar una serie de complicaciones graves, incluso en personas sanas. Los problemas potenciales suelen ser mortales para los bebés, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios deprimidos. Las complicaciones pueden ser las siguientes:
Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). La histoplasmosis puede dañar los pulmones hasta el punto de que los sacos de aire comienzan a llenarse de líquido. Esto evita el intercambio de aire eficiente y puede agotar los niveles de oxígeno en la sangre.
Problemas de corazón. La inflamación del pericardio, el saco que rodea el corazón, se llama «pericarditis». El aumento de líquido en este saco puede interferir en la capacidad del corazón para bombear la sangre de forma eficiente.
Insuficiencia suprarrenal. La histoplasmosis puede dañar las glándulas suprarrenales, que producen hormonas que les dan instrucciones a prácticamente todos los órganos y tejidos del cuerpo.
Meningitis. En algunos casos, la histoplasmosis puede causar meningitis; una infección e inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal.
El diagnóstico de histoplasmosis puede ser complicado, según la zona del cuerpo afectada. Aunque los análisis no suelen ser necesarios para casos leves de histoplasmosis, puede ser crucial ayudar a elegir los tratamientos adecuados en los casos que ponen en riesgo la vida.
El médico puede sugerir una combinación de enfoques para buscar evidencia de la enfermedad en muestras de lo siguiente:
Secreciones pulmonares
Sangre u orina
Biopsia de tejido pulmonar
Médula ósea
Tratamientos y Cuidados
En general, no necesitas tratamiento si tienes un caso leve de histoplasmosis. No obstante, si los síntomas son graves o si tienes histoplasmosis crónica o diseminada, probablemente necesites tratamiento con uno o más medicamentos antifúngicos como itraconazol y anfotericina B. Algunos de esos medicamentos están disponibles en forma de píldora, pero las alternativas más fuertes se administran por vía intravenosa.
Consejos
Resulta difícil prevenir la exposición al hongo que causa la histoplasmosis, sobre todo en zonas en las que la enfermedad está generalizada. Aun así, las siguientes medidas pueden ayudar a reducir el riesgo de contraer la infección:
Evita la exposición. Evita proyectos y actividades que puedan exponerte al hongo, como explorar cuevas y criar aves, como palomas o gallinas.
Rocía con agua las superficies contaminadas. Antes de excavar el suelo o trabajar en una zona que podría albergar el hongo de la histoplasmosis, rocía bien con agua. Esta acción puede ayudar a evitar la liberación de las esporas en el aire.