SINTOMAS, SIGNOS Y HALLAZGOS ANORMALES CLINICOS Y DE LABORATORIO NO CLASIFICADOS EN OTRA PARTE
Nombres Alternativos: Hiperhidrosis.
Dato 2: R61
Descripción General
La sudoración excesiva (hiperhidrosis) puede afectar a toda la superficie de la piel, pero por lo general está limitada a las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas o las ingles. La zona afectada suele ser rosada o blanco-azulada y en los casos graves la piel puede presentar fisuras, descamarse y ablandarse, especialmente en los pies. A veces la zona afectada desprende un olor fétido (bromidrosis), causado por bacterias y levaduras que descomponen el sudor y la piel mojada.
Las manos y los pies sudorosos son una respuesta normal a la ansiedad y también es habitual que una persona sude mucho cuando tiene fiebre. Sin embargo, una sudación frecuente y abundante en todo el cuerpo requiere atención médica porque puede ser un signo de hiperactividad del tiroides, una baja concentración de glucosa en la sangre o una alteración en la región del sistema nervioso que controla la sudoración.
La sudoración excesiva o hiperhidrosis es un trastorno frecuente que ocasiona importantes molestias e incluso favorece las infecciones. Las personas que padecen esta enfermedad producen sudor en cantidades mucho más grandes de las necesarias para controlar su temperatura corporal. Se trata de una patología que afecta por igual a hombres y a mujeres; por lo general, comienza a manifestarse en la infancia y la adolescencia.
La sudoración excesiva tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas. Según la encuesta Experiences with Sweating, realizada por la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis con una muestra de 1.361 adultos de Estados Unidos y Canadá en el año 2005, este trastorno llega incluso a condicionar la elección del tipo de trabajo, la vestimenta y la participación en actividades sociales de quienes lo padecen. Además, un 34 por ciento de los participantes en el estudio piensa que sudar excesivamente en público es peor que tener miedo escénico, y un 30 por ciento cree que produce más vergüenza que tener acné o sufrir obesidad.
Causas
La sudoración es el mecanismo que emplea el cuerpo para enfriarse. El sistema nervioso activa automáticamente las glándulas sudoríparas cuando la temperatura corporal aumenta. La sudoración también se produce normalmente, en especial en las palmas de las manos, cuando estás nervioso.
El tipo más frecuente de hiperhidrosis se denomina «hiperhidrosis focal primaria» (esencial). En este tipo de hiperhidrosis, los nervios responsables de enviar señales a las glándulas sudoríparas se vuelven hiperactivos, a pesar de no haber sido desencadenados por la actividad física ni el aumento de la temperatura. Al estar estresado o nervioso, el problema empeora aún más. Este tipo afecta generalmente las palmas de las manos, las plantas de los pies y, a veces, el rostro.
No existe una causa médica para este tipo de hiperhidrosis. Es posible que tenga un componente hereditario, ya que, a veces, se da en varios miembros de la familia.
La hiperhidrosis secundaria se presenta cuando la sudoración excesiva se debe a una enfermedad. Es el tipo menos frecuente. Es más probable que provoque sudoración en todo el cuerpo. Los trastornos que pueden provocar sudoración intensa comprenden los siguientes:
Diabetes
Sofocos en la menopausia
Problemas en las glándulas tiroideas
Nivel bajo de azúcar en sangre
Algunos tipos de cáncer
Ataque cardíaco
Trastornos del sistema nervioso
Infecciones
Ciertos medicamentos también pueden provocar una sudoración intensa, al igual que la abstinencia de opioides.
Complicaciones
Si el hipospadias no se trata, puede causar lo siguiente:
Durante la consulta, el médico te preguntará acerca de tu historia clínica y los síntomas. Es posible que también te hagan una exploración física o pruebas para evaluar mejor la causa de la enfermedad.
Análisis de laboratorio
El médico puede recomendarte análisis de sangre, orina u otros análisis de laboratorio para determinar si la sudoración se produce a causa de otra enfermedad, como tiroides hiperactiva (hipertiroidismo) o nivel bajo de azúcar en sangre (hipoglucemia).
Pruebas de sudor
Prueba de sudoración termorreguladora
Prueba termorreguladora de la sudoración
Existe una cantidad de pruebas disponibles para identificar las zonas de sudoración y estimar la gravedad de la enfermedad, como la prueba con yodo y almidón, la conductancia de la piel y la prueba de sudoración termorreguladora.
Tratamientos y Cuidados
Si existe una enfermedad preexistente que agrava el problema, se tratará primero esa enfermedad. Si no puede hallarse una causa definida, el tratamiento se centra en controlar la sudoración excesiva. En ocasiones, es posible que tengas que intentar con una combinación de tratamientos. Incluso si la sudoración mejora luego del tratamiento, podría volver a aparecer.
Medicamentos
Los medicamentos que se utilizan para tratar la hiperhidrosis comprenden los siguientes:
Antitranspirantes de venta con receta. El médico podría recetarte un antitranspirante con cloruro de aluminio (Drysol, Xerac Ac). Este producto puede irritar la piel y los ojos. Generalmente, se aplica en la piel afectada antes de dormir. Luego, te lavas el producto cuando te levantas, siempre teniendo cuidado de que no entre en contacto con los ojos. Si se te irrita la piel, puede ser útil una crema de hidrocortisona.
Cremas recetadas. Una crema recetada que contenga glicopirrolato podría ser de ayuda para la hiperhidrosis que afecta la cara y la cabeza.
Medicamentos para bloquear los nervios. Algunos medicamentos orales bloquean las sustancias químicas que permiten que determinados nervios se comuniquen entre sí. Esto puede reducir la sudoración en algunas personas. Los posibles efectos secundarios comprenden sequedad de boca, visión borrosa y problemas en la vejiga.
Antidepresivos. Algunos medicamentos que se utilizan para tratar la depresión también pueden disminuir la sudoración. Además, pueden ayudar a reducir la ansiedad que empeora la hiperhidrosis.
Inyecciones de toxina botulínica. El tratamiento con toxina botulínica (Bótox, Myobloc, otros) bloquea temporalmente los nervios que causan sudoración. Primero se enfriará o anestesiará la piel. Se necesitarán varias inyecciones para cada zona del cuerpo afectada. El efecto dura hasta 12 meses y, luego, se debe repetir el tratamiento. Este tratamiento puede ser doloroso, y algunas personas presentan debilidad muscular temporal en la zona tratada.
Cirugías y otros procedimientos
Otros tratamientos contra la hiperhidrosis comprenden los siguientes:
Terapia por microondas. En esta terapia, se utiliza un dispositivo que emite energía de microondas para destruir las glándulas sudoríparas. El tratamiento consiste en sesiones de 20 a 30 minutos cada tres meses. Los posibles efectos secundarios son un cambio en la sensibilidad de la piel y un poco de molestia. Es posible que esta terapia sea costosa y que no esté ampliamente disponible.
Extracción de las glándulas sudoríparas. Si solo tienes sudoración excesiva en las axilas, puede ser útil extraer las glándulas sudoríparas. Si no respondes a otros tratamientos, una opción también podría ser el legrado por aspiración, una técnica mínimamente invasiva.
Cirugía del nervio (simpatectomía). Durante este procedimiento, el cirujano corta, quema o pinza los nervios de la columna que controlan la sudoración en las manos. En algunos casos, este procedimiento provoca una sudoración excesiva en otras partes del cuerpo (sudoración compensatoria). Por lo general, la cirugía no es una opción para la sudoración aislada en la cabeza y el cuello. En una variante de este procedimiento, se interrumpen las señales nerviosas sin necesidad de extirpar el nervio simpático (simpatectomía).
Consejos
Las principales medidas de prevención son
Usar prendas frescas que permitan la transpiración y preferiblemente de fibras sintéticas en vez de fibras naturales, pues repelen el sudor y mantiene la ropa seca.
Mantener la vivienda y el lugar de trabajo fresco y bien ventilado.
Evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco y alimentos picantes que puedan estimular la producción de sudor.
Reducir los efectos psicológicos relacionados con la sudoración, como el estrés, la tensión y la ansiedad.
Extremar la higiene corporal y utilizar productos desodorantes para reducir lo máximo posible el mal olor corporal.
Llevar encima una muda de ropa para poder cambiarse a lo largo del día en caso de necesidad.
Usar ácido bórico o polvos de talco para regular la sudación, especialmente en los pies.