Son aquellas lesiones de los nervios producidas a nivel de la región de las vértebras lumbares o sacras, esto es, a nivel de la cintura o la pelvis, y que se traducen en parálisis, dolor, trastornos en los esfínteres o en la función sexual, pues comprometen las raíces nerviosas que salen de la médula a nivel de las vértebras lumbares 2, 3 y 4 y si es plexo sacro las vértebras lumbar 5 y sacras 1, 2, y 3.
Se producen en dos grupos distintos de población: bien en población anciana por un traumatismo banal o en pacientes jóvenes tras traumatismos de alta energía, habitualmente en accidentes de tráfico y caídas.
Rigidez de la rodilla producida generalmente por falta de ejercicio, se evita instaurando un buen tratamiento funcional.
Fracturas abiertas recientes.
Fracturas infectadas.
Consolidación viciosa.
Pseudoartrosis.
Lesión vasculonerviosa.
La sospecha clínica de una fractura diafisaria de fémur se confirma con la realización de una radiografía en proyección anteroposterior y lateral de todo el fémur (incluidas la cadera y la rodilla). Se debe asociar siempre una radiografía anteroposterior de pelvis y un estudio de la columna lumbosacra, ya que la asociación de lesiones a estos niveles es frecuente. En concreto, hay que hacer hincapié en la asociación con fracturas de cuello femoral, asociación no muy frecuente pero que pasa desapercibida en más del 30% de los casos
Los estilos de vida saludables al comienzo de la adultez permiten desarrollar una masa ósea máxima más elevada y reducir el riesgo de osteoporosis en el futuro. Las mismas medidas pueden disminuir el riesgo de caídas y mejorar tu salud general si las adoptas a cualquier edad.
Para evitar caídas y mantener los huesos sanos:
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