Son el resultado de un traumatismo a la columna vertebral producido cuando una zona de ésta se dobla o comprime más de lo normal o de forma brusca, lo que provoca la fractura de un hueso o desgarro de ligamentos.
Las áreas más frecuentemente dañadas son la cervical y la dorsolumbar. Entre las causas traumáticas pueden estar las lesiones deportivas, caídas, disparos, puñaladas y accidentes de tránsito, que son los que producen la mitad de las fracturas de columna.
Los huesos de la columna vertebral pueden romperse o colapsar como resultado de pérdida ósea. La osteoporosis primaria y la menopausia no son los únicos culpables cuando se trata de pérdida ósea. El cáncer, la quimioterapia, la radioterapia, el hipertiroidismo y el uso prolongado de corticosteroides también causan pérdida de masa ósea e incrementan el riesgo de fractura.
Lesiones deportivas, caídas, disparos, puñaladas y accidentes de tránsito, que son los que producen la mitad de las fracturas de columna.
Las lesiones de la médula producen disminución o ausencia de movilidad, sensibilidad y disfunción de los órganos del cuerpo por debajo del nivel de la lesión (como la vejiga, los intestinos y la función sexual).
Mientras más alta la zona lesionada, mayor es la pérdida de las funciones y más discapacitado quedará el paciente.
Los músculos se evaluarán de acuerdo a la posibilidad de contracción, movimiento y resistencia; mientras que la sensibilidad será según la reacción al tacto y al dolor. También deberá hacerse un examen rectal para verificar las funciones motora y sensitiva anal.
Hay dos categorías con las que se pueden clasificar las lesiones de acuerdo al lugar lesionado y al tipo de pérdida de movimiento y sensibilidad. Estas son:
- Tetraplejia (Tetra: cuatro): Las cuatro extremidades, el tronco y los órganos pelvianos quedan comprometidos o con pérdida motora y/o sensitiva. Se produce por una lesión en el área cervical. Además, de ser afectados los músculos del pecho, los pacientes podrían necesitar un respirador artificial.
- Paraplejia (Para: dos): Parálisis de las extremidades inferiores. Es decir, pueden resultar afectados los segmentos torácico, lumbar o sacro, incluyendo la zona pélvica. Suele producirse por daño desde las vértebras dorsales hacia abajo.
Si las funciones sensitiva y motora a nivel sacro resultan ilesas, la lesión es clasificada como incompleta, lo que implica que hay función neurológica en algunos tractos espinales mientras que en otros no. Además, existe la posibilidad de recuperación. Sin embargo, si la zona sacra es afectada, se trata de una lesión completa que, de no recuperarse en 48 horas, será muy difícil una mejoríaLo que se consiga depende del nivel y grado de la lesión, del estado del paciente y del apoyo que reciba para salir adelante.
Si la lesión es en la zona cervical, la persona queda tetrapléjica. Y si se dañaron los primeros segmentos cervicales, podría morir por la incapacidad de respirar. Mientras que otros podrían ser dependientes para todo (incluyendo un ventilador mecánico) o tener cierto control de partes del brazo -ya sea sólo del hombro o hasta las muñecas-, lo que le permitiría sostener cosas y así, alimentarse, asearse, manejar una silla de ruedas y hasta un auto adaptado a sus necesidades.
Si la parte superior del tórax es la afectada, el paciente sufrirá paraplejia y tendrá que estar en silla de ruedas, pero podrá autocuidarse e incluso, trabajar. Mientras que si se dañan las vértebras torácicas inferiores, podrá controlar el tronco y hacer actividades deportivas.
Cuando es lesionada el área lumbar, también se produce paraplejia, pero la persona puede caminar distancias cortas de manera independiente con la ayuda de aparatos ortopédicos.
Informa de inmediato a tu médico acerca de cualquier dolor de espalda nuevo o inusual. Un diagnóstico temprano puede llevar a más opciones de tratamiento. Un examen físico, junto con una radiografía, pueden ayudar a determinar si tienes una fractura en la columna o no.
Las fracturas de columna son lesiones complejas, por lo que es muy probable que dentro de su tratamiento se incluya alguna intervención quirúrgica. Si no es necesaria una cirugía, el tratamiento es el siguiente:
Periodo breve de descanso en cama y una disminución en la actividad normal de la persona.
Medicamentos para controlar el dolor.
Ejercicios para el fortalecimiento de los músculos de la espalda.
Soporte para la espalda.
La gran mayoría de lesiones a la columna son generadas por accidentes fortuitos, pero una importante manera de prevención es mantener nuestros huesos fuertes. Esto implica conservar la densidad de los huesos y su fortaleza, sobre todo en personas con edad avanzada. Algunas recomendaciones para mantener los huesos de la columna fuertes:
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