La prueba de la rubéola detecta y mide en sangre los anticuerpos que el sistema inmune del organismo produce en respuesta a la infección por el virus de la rubéola. Rubeola es una enfermedad que ataca el organismo produciendo distintos síntomas como: fiebre y erupciones en la piel.
Los anticuerpos de tipo IgG frente a la rubéola tardan un poco más en aparecer que los de tipo IgM pero, una vez lo hacen, permanecen en el torrente sanguíneo durante toda la vida, proporcionando protección frente a reinfecciones. La presencia de anticuerpos IgM contra rubéola en la sangre indica una infección reciente, mientras que la presencia de anticuerpos IgG puede indicar una infección reciente o antigua por el virus, o también que se ha administrado la vacuna contra la rubéola (triple vírica: sarampión, rubéola y parotiditis), y está proporcionando una protección adecuada.
También se le conoce como Anticuerpos contra rubeola IgG.
No requiere ayuno, se recomienda no haber realizado comidas fuertes o alimentos altos en grasa en las últimas horas.
Para determinar el estado inmunológico contra Rubeola.
Un resultado positivo indica exposición previa al virus de la rubeola, o respuesta a la vacunación. La presencia del anticuerpo IgG contra rubeola sugiere inmunidad hacia la rubeola. Para conocer si se poseen suficientes anticuerpos que protejan frente al virus de la rubéola.
Positivo: >15 UI/mL
Para el análisis de la muestra se realiza la metodología de ELISA, es una técnica de laboratorio que identifica pequeñas partículas –antígenos–, y gérmenes que causan enfermedades.