La dermatoscopia digital es una prueba no invasiva que detecta tumores de piel, en sus etapas iniciales, tomando imágenes de la piel con una cámara digital, la cual aumenta el tamaño de las imágenes permitiendo que dermatólogo las estudie con mayor detalle.
Esta evaluación permite realizar seguimientos periódicos precisos de lesiones pigmentadas en pacientes que tienen un elevado riesgo de desarrollar melanoma.
Microscopía de epiluminiscencia.
Microscopía de luz refleja.
Epiluminiscencia.
No es necesario que el paciente esté en ayunas.
Se recomienda vestir el día de la prueba con prendas cómodas y fáciles de quitar y colocar, ya que para la realización del examen pueden pedirle que se desnude y quede en ropa interior.
En caso de embarazo la dermatoscopia digital puede realizarse sin problemas. Sin embargo, deberá tenerse en cuenta que durante el embarazo y en los meses posteriores puede producirse una alteración de algunos lunares por influencia hormonal y por distensión de la pared abdominal.
La dermatoscopia digital es un examen que permite control de lunares, ayudando a la prevención del melanoma. Asimismo, permite el diagnóstico de otras lesiones de la piel, como tumores benignos o malignos. Generalmente suele bastar realizar el procedimiento con un dermatoscopio manual sencillo, pero si el número de lunares es muy elevado y se debe realizar un seguimiento a largo plazo, el estudio con un dermastoscopio digital es lo adecuado.
La dermatoscopia digital es recomendable en caso de:
Antecedentes familiares o personales de melanoma.
Quemaduras solares.
Número elevado de nevus (lunares).
Fototipo bajo.
La dermatoscopia digital es un estudio no invasivo que permite visualizar lesiones de la piel con gran resolución, ayudando a identificar posibles alteraciones como melanomas o otros tipos de tumores de la piel.
Rango sujeto a evaluación de la clínica o del médico tratante.
Antes de realizar la dermatoscopia digital, el dermatólogo le hará una serie de preguntas sobre sus antecedentes personales y familiares, recogiendo en una la historia clínica todos los datos relevantes, prestando especial atención a antecedentes previos de cáncer de piel (melanoma u otros), a los antecedentes familiares de melanoma, y a las quemaduras solares importantes en la infancia o adolescencia. Todo esto permitirá valorar los riesgos de desarrollar algún tipo de melanoma u alguna otra patología de la piel.
Luego de esto se le realizará una exploración cutánea general. Tras esto se determinará su fototipo, tomando como base los datos en datos de color de su pelo, el tono de piel, el color de sus ojos, y datos de daño solar en cara u hombros. Las personas con pelo pelirrojo o rubio con ojos claros tendrán un fototipo I o II. Seguidamente se le pedirá que se quite la ropa para poder explorar toda la superficie corporal. En caso de que no presente lunares o manchas sospechosas en los genitales o glúteos puede permanecer en ropa interior, después de que el dermatólogo lo haya comprobado.
Lo siguiente que pedirá es que se coloque de pie en diferentes posiciones, para poder hacer fotos digitales de todo el cuerpo, a distancia. Al hacer esto se obtiene un mapa general de los lunares del cuerpo (los cuales se enumerarán), permitiendo identificar nuevas lesiones en revisiones posteriores.
A continuación, se tomarán imágenes de cada lunar o lesión del cuerpo, uno a uno. Para poder enfocar de manera correcta cada lunar, la cámara será a la superficie de la piel. En ese mismo instante en el que se realice la foto el dermatólogo podrá identificar estructuras del lunar y observar si hay datos sospechosos de malignidad, pudiendo quizá comprobar los lunares con fotografías previas, o prefiriendo realizar fotografías directamente para luego revisar las imágenes posteriormente con mayor detalle.
Las fotos tomadas serán guardadas en una base de datos confidencial a la que el dermatólogo será el único que tenga acceso, y en la cual las imágenes se mantendrán en anonimato. Además, siempre podrá solicitar la destrucción de los datos si lo desea. Estas imágenes ayudarán a que durante la próxima visita el dermatólogo pueda comprobar cambios en los lunares, lo cual es de suma importante en el diagnóstico del melanoma.
Al finalizar la prueba podrá vestirse. En esa misma consulta el dermatólogo podrá recomendar el seguimiento de un lunar en concreto, extirpar alguno de ellos, o simplemente mantener un control cotidiano; indicando cuándo deberá acudir a una nueva consulta.