El perfil biofísico fetal es una prueba prenatal que se utiliza para controlar el estado del bebé. Asimismo, permite evaluar el nivel de líquido amniótico, la frecuencia cardíaca, la respiración, los movimientos y el tono muscular del bebé, manteniendo un control sobre esto.
Se recomienda realizar esta prueba luego de la semana treinta y dos de embarazo o en caso de tener riesgo de perder el embarazo.
Prueba prenatal.
No es necesario que esté en ayunas. El médico le indicará tener la vejiga llena.
Este examen es recomendado si se presentan problemas como:
Un embarazo múltiple con determinadas complicaciones.
Una enfermedad preexistente, como diabetes o enfermedad cardíaca.
Un embarazo que se prolongó dos semanas después de la fecha probable de parto (embarazo prolongado).
Antecedente de pérdida del embarazo o complicaciones durante un embarazo anterior.
Un bebé que disminuyó los movimientos fetales o que presenta posibles problemas de crecimiento fetal.
Ruptura prematura de membranas (antes de término).
Volumen excesivo de líquido amniótico (polihidramnios) o volumen bajo de líquido amniótico (oligohidramnios).
Sensibilización al Rh (rhesus).
Resultados preocupantes de otras pruebas prenatales.
Según la zona evaluada se le dará a cada una de estas un puntaje de 0 o 2 puntos, en función de si se cumplieron criterios específicos. Los aspectos que pueden evaluarse en base a este puntaje pueden ser la frecuencia cardíaca fetal, respiración fetal, movimiento fetal, tono muscular fetal y nivel de líquido amniótico
Tras esto, los puntajes individuales se suman para obtener un puntaje total. Por lo general, un puntaje de 8 a 10 es tranquilizador. Si recibe un puntaje de 6, es probable que el médico repita la prueba dentro de las 24 horas. Otro puntaje de 6 o inferior podría hacer que el médico recomiende la realización de análisis adicionales, o tener un parto prematuro o inmediato.
Se debe tener en cuenta que existen determinados factores que pueden afectar los resultados de un perfil biofísico, como la presencia de una infección y el uso de corticosteroides para acelerar la madurez pulmonar del bebé. De igual manera, fumar o tomar determinados medicamentos también puede afectar la frecuencia cardíaca del bebé.
Este tipo de prueba es llevada a cabo en el consultorio del médico de atención médica o en un hospital. El análisis puede tardar desde cinco minutos hasta una hora.
Durante la prueba en reposo, estará recostada en una camilla de examen. Es probable que le sea medida la presión arterial antes de la prueba y en intervalos regulares durante la prueba.
Luego de esto se le colocará un cinturón sobre el abdomen. El cinturón contiene un sensor que mide la frecuencia cardíaca fetal. Por lo general, la prueba dura veinte minutos. Sin embargo, si el bebé está dormido, puede ser necesario que deba esperar hasta que se despierte para asegurar resultados precisos. En algunos casos, el médico puede intentar despertar al bebé utilizando el sonido de un dispositivo especial.
Durante la ecografía, también deberá estar recostada en una camilla de examen. El proveedor de atención médica o un técnico ecografista le aplicarán un poco de gel en el abdomen. Luego, hará rodar un dispositivo pequeño denominado transductor por la piel. El transductor emitirá pulsos de ondas sonoras que se traducirán en un patrón de áreas claras y oscuras, y se creará una imagen del bebé en el monitor.
El médico evaluará el nivel de líquido amniótico y los movimientos respiratorios, los movimientos del cuerpo y el tono muscular del bebé. La ecografía puede durar de cinco a treinta minutos, aproximadamente, dependiendo de si el bebé está despierto o si hay que esperar a que se despierte.
Al finalizar la prueba, generalmente el médico se reunirá con usted para discutir los resultados de la prueba.