Es una revisión general en la cual el médico estudia el cuerpo, con el fin de determinar si existe la presencia de algún problema físico. Una evaluación física suele comprender una inspección detallada del cuerpo, la palpación del cuerpo con los dedos o las manos, la auscultación (escuchar los sonidos) y la percusión del cuerpo (producir sonidos golpeando suavemente zonas específicas del cuerpo).
Prueba física.
Examen físico.
Por lo general, no requiere ninguna preparación previa más allá de, en algunas ocasiones, la revisión del historial clínico del paciente, así como la indagación, a través de preguntas realizadas a este sobre los posibles síntomas que pueda presentar.
Además de esto, el mantener unas manos limpias por parte del médico al momento de realizar la evaluación es importante.
En el diagnóstico de ictericia, ampollas, cianosis, mácula, pápula, eritema, vesícula, nódulo, roncha, tumor, ulceración, pústula, efélide, talangiectasia, petequia, equimosis, víbice, síndromes respiratorios, hematomas, alopecia, eccema, urticaria, alergias, micosis, hernias y otras alteraciones que puedan mostrar síntomas corporales.
En la presencia de alteraciones del color de la piel, lesiones de la piel, posibles anomalías respiratorias, inflamación y anomalías corporales, esta evaluación permite identificar indicios de problemas para diagnosticar posibles enfermedades, así como otras posibles pruebas asociadas a los síntomas que puedan presentarse.
Rango sujeto a evaluación de la clínica o del médico tratante.
Para una evaluación física general primeramente suele revisarse la historia clínica del paciente, así como una indagación a través de preguntas acerca de los síntomas que pueda presentar la persona. Tras esto la evaluación física suele realizarse en un ambiente adecuadamente iluminado e higiénico, y con cierto nivel de privacidad, iniciando con la observación de cada detalle del cuerpo: forma, color, tamaño, variaciones y posibles anomalías.
Seguidamente mediante una palpación ya sea solo con los dedos o las manos, se intentan identificar detalles como la textura, resistencia, elasticidad, movilidad, tamaño, temperatura, consistencia y sensibilidad.
Una vez finalizada la palpación mediante una auscultación realizada mediante el uso de un instrumento llamado estetoscopio, se buscará escuchar colocando este instrumento contra el cuerpo, los sonidos provenientes de la zona del pulmón, tráquea, espacio intercostal izquierdo y región periumbilical. Luego de esto se procederá a realizar la percusión, la cual consiste en aplicar los dedos índice o medio de la mano de manera firme contra la piel mientras se golpea con el dedo derecho con el fin de evaluar a través de las vibraciones producidas; los límites, consistencia de los órganos corporales y la posible acumulación de líquidos.
Finalmente, pueden realizarse pruebas como la olfación para descubrir anomalías en el olor corporal, como el aliento, así como una evaluación del estado de las uñas, rostro, oídos y garganta.