Estos fármacos son encuadrados formalmente dentro del grupo de los antibióticos macrólidos, si bien su estructura
presenta notables similitudes con los antibióticos glucopeptídicos (vancomicina, teicoplanina), debido a la presencia de
varios enlaces peptídicos (seis en la quinupristina y dos en la dalfopristina). No obstante, la presencia de un enlace éster
de tipo lactónico cerrando un macrociclo, así como su acción bacteriostática a través de la inhibición de la síntesis proteica bacteriana, les aproxima farmacológicamente a los macrólidos típicos (eritromicina, etc).