Si en pleno sueño el niño se sienta en la cama y comienza a llorar o a gritar como si estuviera muy angustiado, está experimentando un terror nocturno.
Esta parasomnia ocurre durante el sueño no REM. A diferencia de las pesadillas -que ocurren durante el sueño REM-, un terror nocturno no es un sueño desde el punto de vista técnico, sino probablemente una reacción súbita de miedo que sucede durante la transición de una fase de sueño a otra.
Entre las causas probables de este trastorno del sueño está la base genética, así como haber padecido fiebres, cansancio extremo o haber vivido situaciones de estrés.
Actualmente, no se dispone de tratamiento ni farmacológico ni terapéutico específico para los terrores nocturnos, debido a que se desconoce cuál es el origen y la función del problema.
Consejos para los padres
-Aprenda a distinguir entre los terrores nocturnos y las pesadillas. Si tiene alguna inquietud sobre a qué se debe el problema de su hijo, acuda al especialista.
-No trate de despertar al niño mientras sufre el episodio de terror nocturno porque puede mostrarse violento.
-Recuerde que su hijo no está sufriendo y que al día siguiente no se acordará de lo ocurrido.
-Quite cualquier objeto que pueda estar cerca de la cama y separe esta un poco de la pared para evitar cualquier lesión.
Consejos para mejorar la calidad del sueño del niño
-Evite las cenas, especialmente pesadas, antes de acostarse.
-Permita que su hijo exprese todas sus preocupaciones y las experiencias que quiera compartir para evitar que se acumulen y puedan desencadenar algún tipo de problema.